Resumen

El Laudio supo rehacerse del duro varapalo sufrido en Olaranbe y curó sus heridas con una balsámica goleada sobre el Zaramaga, un equipo que hasta hoy tan solo había sido derrotado en una ocasión como visitante. Los rojiblancos dominaron el encuentro hasta el pitido final, demostrando las ganas y rabia contenidas desde el pasado sábado. Antes de llegar al minuto 10 el Laudio había creado dos claras ocasiones, una de ellas salvada in extremis por un defensor después de un cabezazo de Silas. Ante tanta insistencia, no tardó en llegar el primer tanto local. Gran pase filtrado de Patiño entre la defensa azul para Apodaca, quien no perdonó ante la salida de Hobeko. No sería la última conexión entre ambos futbolistas. Los chicos de Iñaki Zorrilla siguieron llegando al área, con disparos lejanos de Robina o Casquero. Mientras, el Zaramaga aprovechaba los balones parados para intentar acercarse a la meta local. Justo antes de llegar al descanso, una rápida salida de Hobeko desbarató un mano a mano de Robina.

El inicio de la segunda parte no pudo ser más desalentador para el Laudio. Un claro penalti por manos de Josu significó el empate del Zaramaga, al transformar Londoño la pena máxima. Corría el minuto 47. A pesar del mazazo, el Laudio no bajó los brazos y siguió buscando la meta rival. En el minuto 53 Kepa Etxebarria fue objeto de un claro penalti tras ser arrollado por detrás por un defensor. Silas logró anotar el 2-1 pese al esfuerzo de Hobeko por atajarlo. La rápida respuesta rojiblanca fue un jarro de agua fría para el Zaramaga. El tercer tanto llegó a los 70 minutos gracias de nuevo a la conexión Patiño-Apodaca. Una gran asistencia por encima de la defensa visitante dejó otra vez a Apodaca delante de Hobeko. El delantero laudioarra no perdonó y ejecutó al guardameta gasteiztarra con un fuerte disparo. Con el marcador sentenciado llegó el gol de Kepa Etxebarria a los 84 minutos. Buscado y merecido por el futbolista de Orozko. Él se lo guisó y él se lo comió, al adelantarse primero a la defensa y posteriormente a Hobeko.

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